Propuesta alimentaria Muscular-Mente
Para una buena salud muscular y cerebral. Método Muscular-Mente.

Consejos generales para mejorar
la salud del eje músculo-cerebro

1. Alimentar músculo y cerebro

Aumentar el consumo de alimentos ricos en:


  • Proteínas de alta calidad. El cerebro y los músculos dependen de aminoácidos, que son los bloques constructivos de las proteínas. Incluir alimentos como carnes magras, pescados, huevos, legumbres y frutos secos en cada comida es fundamental para mantener tanto la masa muscular como la función cerebral.

  • Ácidos grasos saludables.  Una parte muy importante del cerebro es grasa. Cada comida debe contener grasas como: aceite de oliva, pescado azul, frutos secos, quesos, aceite de coco, aguacate o semillas. Además, priorizar alimentos ricos en omega 3, presente en pescados azules como el salmón, la sardina, el atún y en fuentes vegetales como las nueces y las semillas de chía, los cuales son clave para la salud cerebral y la reducción de la inflamación muscular. 

  • Vitaminas y minerales:

    • Magnesio: ayuda a la relajación muscular y también a la función cognitiva. Se encuentra en alimentos como las espinacas, almendras, aguacates y plátanos.  

    • Vitaminas del grup B (especialmente B6, B12, ácido fólico): son esenciales para la salud cerebral, mejorando la memoria y la concentración. Están presentes en alimentos como las carnes, huevos, lácteos, vegetales de hoja verde y cereales integrales. 

  • Antioxidantes: los antioxidantes están presentes en frutas y verduras como los frutos rojos, espinacas, zanahorias y tomates, los cuales protegen tanto el cerebro como los músculos de los daños causados por el estrés oxidativo. A lo largo de la semana, es importante haber comido alimentos de todos los colores, porque cada uno aporta unos antioxidantes diferentes.

  • Incluir alimentos con propiedades antiinflamatorias como pueden ser la curcumina y el jengibre, los cuales pueden ayudar a reducir la inflamación, tanto a nivel cerebral como muscular. 

Controlar los niveles de glucosa para tener energía constante:


  • Priorizar carbohidratos complejos: los cereales integrales, las legumbres, tubérculos como la patata y el moniato (cocidos del día antes y dejándolos mínimo 24 horas en la nevera para conseguir almidón resistente) y verduras proporcionan una liberación más lenta de la energía, ayudando tanto al cerebro como a los músculos a mantenerse activos durante más tiempo, sin picos de insulina que pueden afectar al rendimiento.

  • Evitar azúcares simples y grasas saturadas: los azúcares refinados, como el azúcar de mesa, mermeladas, frutos secos, cereales refinados, bollería, ultraprocesados y las bebidas azucaradas pueden causar caídas de energía y dificultar el funcionamiento óptimo del cerebro y de los músculos. No pueden constituir la base de nuestra alimentación, tan solo deben ser excepciones.

Priorizar las siguientes técnicas de cocción para maximizar los efectos nutritivos de los alimentos:


  • Cocción al vapor: conserva al máximo los nutrientes de los alimentos, especialmente vitaminas y minerales como la vitamina C y las vitaminas B, esenciales para la función muscular y la salud cerebral.
     

  • Cocción al horno: utiliza calor indirecto que permite una cocción uniforme, preservando las propiedades nutritivas de los alimentos y evitando que se deterioren las grasas saludables, las proteínas y las vitaminas. Ej.: pescado azul, pollo, verduras, patata...

  • Sofreír ligeramente con aceite de oliva o de coco, evitando altas temperaturas. Estas grasas saludables ayudan a la protección del cerebro y a la recuperación muscular, siempre y cuando se utilice a temperaturas moderadas. 

  • Cocción a la plancha: ayuda a reducir el contenido en grasas, mientras que, en el caso del pescado azul, se mantienen las grasas omega 3 sin perder calidad. 

  • Cocción lenta o estofado: ayuda a descomponer las fibras de las proteínas y hacerlas más digeribles, facilitando la absorción de nutrientes esenciales por el músculo y el cerebro. 

  • Cocción en microondas (precaución): opción rápida y eficaz que conserva muchos nutrientes, ya que requiere menos tiempo y menos pérdidas de vitaminas y minerales, y no se deben añadir grasas innecesarias. Útil para verduras o incluso pescados magros. 

  • Cocción al baño maría: cocción suave y a temperatura constante, preserva la calidad nutricional y reduce la pérdida de proteínas y vitaminas. Buena opción en caso de sopas o de alimentos delicados como los huevos y el chocolate. 

  • Marinar antes de cocinar: las marinadas pueden reducir la formación de compuestos nocivos como las aminas heterocíclicas en la carne, y aportar antioxidantes como los polifenoles, que ayudan a proteger tanto los músculos como el cerebro. 

Evitar las siguientes técnicas de cocción:


  • Freír a temperaturas muy altas: puede descomponer grasas saludables en grasas nocivas, como las grasas trans y los ácidos grasos saturados, aumentando, así, la inflamación en el cuerpo. Además, se forman compuestos como aminas heterocíclicas y productos de oxidación de grasas que aumentan el estrés oxidativo.

  • Cocción con aceite refinado como girasol, soja y palma. 

2. Hidratación


  • Beber agua de manera regular: la deshidratación puede afectar tanto a las capacidades cognitivas como a la función muscular. Evitar las aguas desmineralizadas y si se utiliza ósmosis se debe remineralizar el agua obtenida. Una buena opción es añadir un tapón de agua de mar al agua de bebida 1 vez al día.

  • Electrolitos: si practicas ejercicio intenso o haces deporte en climas cálidos, puedes necesitar reponer los electrólitos (sodio, potasio, magnesio) mediante bebidas ricas en estos minerales o bien alimentos como el plátano y las espinacas.

Propuestas alimentarias

PARA MEJORAR LA SALUD DEL EJE MÚSCULO-CEREBRO

Menú conecta2
Una propuesta alimentaria para conectar saludablemente nuestros "dos cerebros".